En el año 2020 el grupo de trabajo IASP (Asociación Internacional para el Estudio del Dolor) revisó la definición de dolor añadiendo conceptos importantes, que tenían como objetivo mejorar a través de su compresión, una mejor evaluación y manejo de las personas que padecen dolor.
Algunas de estas observaciones fueron las siguientes:
- El dolor es una experiencia personal donde van a influir factores biológicos, psicológicos y sociales.
- El dolor y la nocicepción son términos diferentes.
- El dolor puede aprenderse y estar condicionado por eventos o experiencias previas desarrollados durante la vida. Puede interferir a su vez en la función y la calidad de vida de las personas en el ámbito social y psicológico.
- Un cambio fundamental en la nueva definición, en comparación con la versión de 1979, está reemplazando la terminología que se basaba en la capacidad de una persona para describir la experiencia para calificar como dolor. La antigua definición decía: «Una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con daño tisular real o potencial, o descrita en términos de dicho daño». Esta redacción se interpretó como la exclusión de bebés, personas mayores y otros, incluso animales, que no podían articular verbalmente su dolor, dijo el Dr. Jeffrey Mogil, Director del Centro Alan Edwards para la Investigación sobre el Dolor, de la Universidad McGill.
- El dolor no puede derivarse únicamente de la actividad en las neuronas sensoriales.
Pues bien, el dolor crónico es considerado uno de los problemas más importantes en nuestra sociedad, en el caso de los niños y adolescentes afecta negativamente al propio individuo, a su entorno y a la sociedad. Además de eso, puede contribuir al desarrollo de alteraciones significativas a nivel físico y psicológico (emocional, cognitivo y escolar).
Es más, en los últimos años, existen estudios científicos que observan un aumento considerable de los casos en este perfil. Roy y su equipo informaron un aumento general del 3% de 2001 a 2014 en la prevalencia del dolor de espalda crónico entre los adolescentes, utilizando datos de Health Behavior in School-Aged Children estudio.
En cuanto al dolor agudo, existen investigaciones donde se demuestran la presencia de diferentes procedimientos dolorosos e irritativos en las unidades de cuidados intensivos neonatales. Adicionalmente, cada vez hay más pruebas que confirman la alta prevalencia de dolor de moderado a intenso mientras los niños están en el hospital.
Investigar, estudiar y comprender la prevalencia de dolor crónico a través de estudios epidemiológicos en las diferentes edades, ayuda a identificar aquellos factores determinantes en el dolor crónico y así poder informar sobre las intervenciones más beneficiosas y óptimas en el propio manejo. Los estudios han identificado factores que están asociados con el dolor crónico en niños, factores demográficos, físicos, psicosociales y relacionados con el rendimiento escolar.
Sin embargo, la mayoría de los estudios epidemiológicos informan hallazgos como si la población de niños con dolor crónico fuera homogénea. Se sabe que este es un grupo heterogéneo, y las diferencias individuales pueden explicar el impacto del dolor crónico. Sin ir más lejos, se ha demostrado que los resultados del tratamiento están asociados a diferencias individuales.
En la actualidad, el manejo del dolor en niños y adolescentes ha mejorado considerablemente con el paso del tiempo. El tratamiento multidisciplinar se considera gold estándar para el manejo del dolor, pero no en todas las ocasiones está disponible o se ofrece a los pacientes.
En el 2020, un estudio realizado en España con una muestra representativa de médicos generales y pediatras, expertos en el abordaje del dolor crónico pediátrico, pero con la limitación de no haber tenido en cuenta a otros profesionales influyentes y relevantes en el manejo de este perfil de pacientes concluía lo siguiente:
- El 83% de los participantes afirmó que existían lagunas importantes en su formación en el manejo del dolor.
- El 96% identificaron esta limitación en el entrenamiento como la barrera más crítica para el manejo efectivo del dolor.
- Menos del 25% formaban parte de un equipo multidisciplinario que atiende las necesidades de niños y adolescentes con dolor crónico.

Otra investigación tuvo como objetivo estudiar las prácticas actuales en el manejo del dolor pediátrico en España, explorar las barreras potenciales para la práctica ideal e identificar las necesidades profesionales, tal como las perciben los proveedores de atención médica que asisten a niños con dolor agudo y crónico. Encontraron algunos hallazgos claves.
– Se ha demostrado que uno de los obstáculos más importantes para el manejo del dolor pediátrico es la formación limitada de los profesionales y el escaso número de médicos que conocen el tratamiento del dolor.
– La falta de coordinación de los profesionales fue otro de los hallazgos. Menos de un 31% forma parte de un equipo multidisciplinar y un 45% informó una relación escasa con otros profesionales.
– La ausencia del uso de guías de práctica clínica basadas en evidencia para registrar, evaluar, tratar y objetivar los abordajes.
Finalmente, el 99% de los participantes de este estudio recomendaron pautas basadas en la evidencia para respaldar su práctica diaria. Existe una necesidad urgente de investigación longitudinal y directa para ayudar tanto a los médicos como a los pacientes. A día de hoy, las acciones deberán ir en encaminadas a utilizar estrategias que tengan un alto impacto científico.

«El único conocimiento verdadero es saber que no sabes nada» Sócrates
Gonzalo Vicente de Frutos
Fisioterapeuta y miembro del Grupo de Investigación de Dolor Musculoesquelético y Control Motor UE
Director del Postgrado de Experto en Terapia Manual Pediátrica y Dolor Infantil