Con el advenimiento de la Revolución Industrial y los avances tecnológicos, las estadísticas pueden explicar este efecto sobre la heredabilidad. El joven Fancis Galton, por entonces un joven estudiante en el Trinity College de Cambridge, y primo del célebre naturalista Charles Darwin, comenzó sus estudios matemáticos en un intento de explicar por qué las mentes más brillantes de los descendientes de Inglaterra en la segunda mitad del siglo XIX no eran mejores que sus predecesores

Bajo el patrocinio de la élite del país sajón, Galton estableció un laboratorio antropométrico en el número 88 de Gower Street, a solo dos calles del Museo Británico, que ahora es el ala sur de la Facultad de Ciencias Biológicas del University College, un laboratorio de Antropometría, donde varios se realizan mediciones de la forma y el comportamiento humano. Gracias al uso de aparatos de medición, el laboratorio inició labores científicas para demostrar empíricamente las diferencias de inteligencia entre los humanos, practicando sistemáticamente craneometrías a miembro de los diferentes gremios de la Ciudad del Támesis como jueces, estadistas, nobles, comandantes, hombres de letras, científicos, poetas, músicos, pintores, teólogos y eruditos. El uso indiscriminado de datos y una notable creencia en el poder de las diferencias intelectuales entre culturas ayudaron a marcar el comienzo de una nueva era de genética que se cimentaría definitivamente durante su estancia en Egipto, donde conocería a Flinders Petrie, con el que publicó numerosos trabajos donde evidenciaban cómo las diferencias individuales se transmitían de generación en generación.

Imagen 1.A) Noticia de la apertura del Laboratorio Antropométrico para medidas de varias medidas sobre las formas y facultades humanas. B) Instalaciones del citado Laboratorio el 88 Gower St, Londres. 

Imagen 2.  A) Flinders Petrie, colaborador de Galton en una de sus múltiples campañas en Egipto. B) Craneómetro perteneciente al Dr. Petrie.

Su trabajo científico lo condujo, en parte gracias a sus numerosas expediciones en África, a un conjunto de leyes matemáticas que podrían explicar las diferencias de comportamiento entre distintas razas y, por primera vez, la razón por la que los valores promedio tendían regresar a la línea base después de un resultado extremo. En otras palabras, por qué cuando algo cae fuera de su rango de valores normales, eventualmente vuelve siempre a su estado normal. Para demostrarlo, Galton no dudó en estudiar en detalle a todos los miembros de su familia y descubrió que ciertos rasgos se heredaban más fácilmente que otros. Por ejemplo, como se lee en The Hereditary Genius (Ed. MacMillan and Co., London: 1892), el color de los ojos y el cabello son más heredables que la altura o la forma de la nariz. También descubrió que algunos rasgos no pueden explicarse mediante la genética mendeliana, desarrollada unas cuantas décadas antes, pero pueden llegar a predecirse mediante el cálculo de regresión.

Imagen 3.  Diagrama de reversión o más tarde regresión dirigida a representar la predicción de la altura que como adultos tendrían los niños en función de la altura de sus progenitores. Señaló la necesidad de aplicar un coeficiente de corrección de 1.08 cuando se quisiera predecir la altura de las niñas en edad adulta.

Los trabajos de Galton se usaron para identificar, a través de sus predicciones de reversión a la media, posibles causas futuras de resultados inusuales, como huellas dactilares extrañas o características únicas de los animales. El impacto social de los postulados de una incipiente disciplina denominada “Frenología” fueron acogidos de buen grado por las autoridades como puede demostrar el hecho de que durante finales de este siglo y comienzos del XX, las comisarías de policía de toda la ciudad comenzaron a implantar laboratorios de investigación de datos antropométricos como dimensiones cefálicas, longitud de extremidades o estudios de huellas dactilares que prometían acelerar los mecanismos de identificación de sospechosos.

Imagen 4.  Estudio de huellas dactilares para mejorar la identificación de sospechosos.  Fuente: Mysteries of Police and Crime (1898)

Una «fiebre social» por la medición y cuantificación intensiva de cualquier aspecto de la dimensión humana, y una continua campaña mediática que apoyó sin vacilar el trabajo del Galton’s Lab, permitió que su manifiesto se extendiera rápidamente entre la élite social británica, que aceptó de buena gana, la idea de que ciertos rasgos son hereditarios, y que sus habilidades y dotes se transmitían de generación en generación.

Envuelto en trajes metodológicos rigurosos y exhaustivos, el reino de los «números» abrió una fase oscura en la historia europea en la que las supuestas diferencias raciales identificadas por estos científicos parecían acentuarse. Para entender el contexto, es necesario señalar aquí que nos encontramos en un momento de conflicto político y económico derivado del derrocamiento de los viejos imperios, donde el revisionismo histórico del nacionalismo político ha aprovechado el descontento social de unos pueblos carentes de referentes mediáticos que pudieran inspirar sus ideales de progreso.

Al otro lado de este río turbulento, la política comenzó a teñirse de un nuevo color de ideas radicalizadas que ahondarían, aún más si cabe, en la completa transformación de la sociedad europea hacia un modelo eugenésico de reproducción social. Una nueva generación de líderes políticos europeos no dudó en promulgar proclamas donde el argumento de la diferencia racial era el “arma” discursiva contra los poderes económicos que exigían cambios y modernización a países que, en aquel momento, debían afrontar los elevados costes que supuso perder en el cruento conflicto de la Primera Guerra Mundial.

La retórica populista de quienes eran los responsables de la protección de la convivencia fueron la simiente para que unos ciudadanos necesitados de alivio económico, pero sobre todo remedio emocional, asimilaran la cultura de “caza a las minorías” en la que la búsqueda y consecución de una raza humana blanca unificada, mejorada e infalible se erigía como el modelo social que todos debían imitar bajo regímenes de terror que quedarán para siempre en la memoria colectiva. No podemos obviar algunos ejemplos ilustrativos de este periodo como la persecución institucional sufrida por la comunidad judía durante el Tercer Reich, o la promulgación de leyes durante el Apartheid africano durante la ocupación británica de los actuales territorios de Sudáfrica. 

Imagen 5.  A) Comercio judío en Berlín (Alemania) asaltado durante la Noche de los Cristales rotos el 9 de noviembre de 1938. B) Cartel de prohibición de paso a un recinto exclusivo para «blancos” (Ciudad del Cabo, Sudáfrica).

Hoy en día, no sin esfuerzo de todos, las sociedades europeas luchan por mantenerse del lado del respeto a lo diferente. La ciencia, por su parte, se enriquece de las diferencias, y debe estar al servicio, no sólo para mejorar los rendimientos de la técnica, sino como una herramienta básica para el avance de la humanidad, pues, es en definitiva el “pago” que debemos afrontar las sociedades multiculturales.

Sebastián Martin Pérez 

@smartipPT

Miembro Grupo de Investigación en Dolor musculoesquelético y control motor @terapiamanualUE

Lecturas recomendadas

1. Rose H, Rose S. The legacies of Francis Galton. Lancet. 2011 Apr 23;377(9775):1397. doi: 10.1016/s0140-6736(11)60560-6.

2. Bouchard TJ Jr. Galton Lecture. Behaviour genetic studies of intelligence, yesterday and today: the long journey from plausibility to proof. J Biosoc Sci. 1996 Oct;28(4):527-55. doi: 10.1017/s0021932000022574.

3. Gillham NW. Sir Francis Galton and the birth of eugenics. Annu Rev Genet. 2001;35:83-101. doi: 10.1146/annurev.genet.35.102401.090055

4. Fancher RE. Scientific cousins: the relationship between Charles Darwin and Francis Galton. Am Psychol. 2009 Feb-Mar;64(2):84-92. doi: 10.1037/a0013339.

5. Waller JC. Becoming a Darwinian: the micro-politics of Sir Francis Galton’s scientific career 1859-65.Ann Sci. 2004 Apr;61(2):141-63. doi: 10.1080/00033790110117467.

6. Renwick C. From political economy to sociology: Francis Galton and the social-scientific origins of eugenics. Br J Hist Sci. 2011 Sep;44(162 Pt 3):343-69. doi: 10.1017/s0007087410001524

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