En los post anteriores hemos repasado las diferentes lesiones tendinosas del isquiotibial, en este post veremos las diferentes lesiones musculares, como clasificarles y los tiempos de recuperación que debemos seguir.
Las lesiones más típicas de isquiotibial son roturas agudas o roturas crónicas degenerativas y ocurren en deportes en los que se dan patadas, saltos, cambios de dirección y sprints (futbol americano, futbol, rugby, ateltismo, ski acuático y surf)
El mecanismo lesional principal son movimientos de aceleración o velocidad máxima con flexión de cadera y extensión de rodilla de la misma pierna, y el vientre muscular que más suele romperse es el bíceps femoral.
Las roturas agudas suelen diagnosticarse rápidamente, ya que el deportista identifica el típico signo de la pedrada e inmediatamente nota incapacidad funcional para seguir desarrollando el deporte o incluso caminar normalmente, mientras que las roturas crónicas o degenerativas se identifican por un comienzo progresivo del dolor e impotencia funcional en la práctica deportiva.

Los principales riesgos de lesión son los siguientes:
- Edad
- Una lesión previa de bíceps femoral, que normalmente son más severas y aumentan el tiempo de vuelta al terreno de juego. En algunos deportes se considera una lesión de alto riesgo para la carrera del deportista, pudiendo provocar la retirada del deporte.
- Lesión en gemelo o LCA
- Pérdida de extensión de rodilla
- Dolor en la zona después de entrar al terreno de juego
- Acortamiento del bíceps femoral: <10,56 cm —> x4 probabilidad de lesión en futbolistas
Es importante un buen diagnóstico de la lesión y saber en qué parte del isquiotibial se encuentra y que tejidos se han roto, ya que el tiempo de recuperación varia considerablemente.
En caso de dolor en el origen o inserción, se realizan RX en las que se buscarán avulsiones de los isquiotibiales.
En caso de dolor en vientre muscular, la ecografía y RM son más utilizadas que la RX. La ecografía ofrece mejores posibilidades que la RM por su bajo coste, nos permite realizar una valoración dinámica, ver la discontinuidad de fibras y longitud y el grado de retracción del tejido, pero no ofrece el grado de fiabilidad que la RM, sobre todo en pacientes con mucha masa muscular y obesos.
La RM es el diagnóstico por imagen preferido porque nos permite determinar:
- Sitio de lesión
- Lesiones asociadas
- Necesidad de operación y planificación de la misma
Según lo que encontremos en la RM, debemos clasificar la rotura muscular según la clasificación de BAMIC (British Athletics muscle injury clasification). Es la más anatómicamente reproducible estratificando el grado de severidad de lesión y se ha utilizado en deportistas corredores para guiar la rehabilitación conservadora. La única limitación de esta clasificación es que no tiene en cuenta avulsiones óseos u tendinosas ni compresiones del nervio.
Grado I = pequeños desgarros del músculo
grado II = desgarros moderados del músculo
grado III = desgarros extensos del músculo
grado IV = desgarros completos del músculo o del tendón).
Tipo de lesión: a:muscular, b: muculotendinosa, c:intratendinosa

Además podemos valernos de la clasificación de Peetrons y su tiempo estimado de vuelta al deporte para mejorar la información que le damos al deportista.
0: no hay lesión (8± 3 días)
1: edema (17± 10 días)
2: edema y rotura muscular (22± 11 días)
3: rotura total del tendón o músculo (73± 60 días)
El diagnóstico de rotura intratendinosa se asocia con peor pronóstico.
En cuanto al tratamiento, el conservador esta indicado para el 86% de las lesiones, y se sigue el método RICE, que hoy en día podemos cambiar por el PEACE&LOVE, si la rotura no es extensa y el deportista tiene cierto rango de movilidad libre de dolor.
En las primeras 48 horas se debe inmovilizar la lesión y se pueden empezar ejercicios de estabilización del core para que el deportista no pierda rendimiento.
Una vez el deportista es capaz de realizar ejercicios de fuerza y velocidad sin molestia, se puede empezar la carrera, teniendo en cuenta que durante la fase de remodelación tendinosa (grado 1a miofascial = 2 a 5 días; grado 2b unión musculotendinosa = 5 a 14 días; y grado 3c intratendinosa = 2 a 6 semanas), la carrera se limita al 75% de la velocidad máxima, pero es importante introducirlos porque se ha demostrado que ejercicios de carrera, saltos y caídas mejoran el ratio de recaídas y pueden comenzarse cuando se cumplan los siguientes ítems tras esperar al termino de la fase de remodelación:
1. Patrón marcha normal
2. Contracción indolora en prono del isquiotibial
3. Mínima pérdida del ROM y fuerza.

El tipo de contracción muscular será importante a la hora de la reahabilitación del isquiotibial, ya que en diferentes estudios se ha observado que por cada centímetro ganado del bíceps femoral disminuimos un 21% la probabilidad de lesiones, por lo que buscaremos ejercicios en los que se trabaje el isquiotibial en todo su rango de movimiento y con contracciones excéntricas prioritariamente, ya que estas aumentan la capacidad elástica del isquiotibial, aumentan la fuerza y mejoran la creación elástica de la cicatriz, mientras que contracciones concéntricas la disminuyen, así como un entrenamiento concéntrico/excéntrico mantiene la elasticidad del músculo.
Para la vuelta al deporte es necesario que el deportista realice los siguientes test funcionales sin dolor: triple hop test, fuerza concéntrica 90% simétrica con la contralateral, ROM completo en cadera y rodilla y poder realizar ejercicios específicos del deporte.
En cuanto a otras líneas de tratamiento, la infiltración de plasma rico en plaquetas aun no tiene evidencia científica suficiente y la intervención quirúrgica solo se reserva para lesiones recurrentes del isquiotibial y las cuales no mejoran tras 6 meses de tratamiento conservador.