Muchos ya conocéis las técnicas básicas de neurodinamia, movilizar el tejido nervioso en algún punto de su recorrido por las diferentes articulaciones que atraviesa, o bien su estiramiento para alcanzar más grados de elasticidad. Pero ¿sabemos realmente cuando utilizarlo? ¿a qué pacientes les viene bien cada técnica? ¿qué ocurre en el tejido? ¿y en el sistema nervioso central?
Vamos por partes:
La conducción nerviosa puede verse alterada por presiones extraneurales, como puede ser un osteofito, un disco herniado, una inflamación de estructuras adyacentes, etc. O puede contener en sí mismo una irritación química/isquémica que dificulte su conducción, a veces originado por las mismas causas de compresión descritas anteriormente, o por un traumatisto, una cirugía, un tratamiento quimioterápico, etc., provocando edema intraneural y una sensibilización mecánica al verse modificada su conducción, inhibiendo el flujo sanguíneo intranasal y el transporte axonal.
Pero este proceso no genera dolor en sí mismo. Puede provocar disfunción sensorial y motora. Son los mediadores inflamatorios: citoquinas pro-inflamatorias, TNFa, NGF, aumento de la densidad y conductancia de los canales de sodio, los que en otro plano pueden provocar adherencias alrededor del disco herniado (no olvidemos que el núcleo pulposo en sí mismo es un estímulo doloroso muy potente, por su alta concentración en proteoglicanos, y puede provocar dolor sin afectación mecánica) y aumentar la señal nociceptiva hacia centros superiores.
Y si el dolor se mantiene, puede alterar a las células gliales y astrocitos aumentando la producción de citoquinas y factores de crecimiento contribuyendo aun más a la cronificación del dolor.
Pero…
Hay más causas ajenas en las que puede verse involucrado el daño en el tejido nervioso, como un proceso infeccioso, sistémico y/o maligno, por lo que introducir en este caso estas técnicas no estaría indicado sin un estudio médico previo. De ahí que siempre es básico hacer una buena historia clínica y derivarlo a un especialista si pensamos en otra patología.
¿Y cuando utilizo cada técnica?
Técnicas de deslizamiento neural. Son las técnicas que más evidencia parecen aportar en la resolución del dolor a largo plazo como veremos más adelante. Además de ayudar en el aumento de la fuerza, la elasticidad de los tejidos, aumento del rango articular y disminución de la sintomatología, reduciendo el edema intraneural. Es una técnica con muchos beneficios y pocos perjuicios.
Técnicas de estiramiento neural. Están indicadas en fases finales del tratamiento ya que el estrés al que es sometida la estructura neural es mayor y, la que si es mal empleada, puede causar un daño mayor al paciente. Ha de realizarse con mayor atención.
Y… ¿El objetivo de esta técnica es solo devolver el equilibrio estructural a las partes afectadas?
A parte de los beneficios de la propia movilización que puede tener tanto el deslizamiento como el estiramiento en los tejidos en la reducción del edema intraneural y de los mediadores inflamatorios (NGF, GFAP, analizados en animales), se ha observado la importancia de esta técnica en la modulación del dolor no solo en las estructuras tratadas, sino también en otras áreas del cuerpo no involucradas directamente.
Mejoran la suma temporal del dolor térmico el cual está mediado por las fibras C implicadas en la cronicidad del dolor, disminuyendo la excitabilidad de las neuronas del asta dorsal de la médula espinal lo que hace pensar que no solo actúa a nivel periférico, sino también en los centro superiores moduladores del dolor, como la sustancia gris periacueductal.
¿Solo neurodinamia?
Pero si añadimos otros tratamientos como movilizaciones articulares, técnicas de apertura de los agujeros de conjunción, tracciones y ejercicio terapéutico, los beneficios para el paciente aumentan.
En definitiva…
Partiendo de una buena historia clínica y aplicando el razonamiento clínico, las técnicas de neurodinamia nos pueden ayudar no solo a reducir el dolor y mejorar la función en pacientes con afectaciones del tejido nervioso. Sino a modular el dolor procedente de una sensibilización central causada por esa u otras estructuras.
Ignacio Badajoz Andrés
Grupo de Investigación en Dolor Musculoesquelético y Control Motor